Un sistema de gestión de calidad (SGC) es un conjunto de procesos y responsabilidades claramente definidos que hacen que una empresa funcione cada vez mejor. Cada organización utiliza un SGC especializado, que comprende un conjunto formal de políticas, procesos y procedimientos establecidos para aumentar la satisfacción del consumidor. Estos sistemas guían a las organizaciones en la normalización y mejora de los controles de calidad en la fabricación, la prestación de servicios y otros procesos empresariales clave.
¿Por qué son importantes los sistemas de gestión de calidad (SGC)?
- Mayor continuidad y normalización: Los SGC aseguran que los procesos se realicen de manera consistente y estandarizada, lo que reduce errores y aumenta la eficacia operativa.
- Mejora de la satisfacción del cliente: Al entregar productos y servicios de calidad, las organizaciones pueden satisfacer y superar las expectativas de los clientes actuales, así como potenciales.
- Evaluación y mejora continua: Los SGC permiten a las empresas evaluar y mejorar constantemente sus operaciones.
- Reducción de costes: Un SGC permite que las empresas sean más eficientes y por consiguiente, reduzcan costes y optimicen sus procesos.
Tipos de sistemas de gestión de calidad:
- Basados en normas nacionales o internacionales: Algunos SGC se adhieren a normas específicas, como la ISO 9001, que proporciona orientación y certificación para implementar y mejorar un SGC eficaz.
- Sistemas digitales: Los SGC también pueden suministrarse digitalmente en lugar de utilizar listas de verificación y formularios en papel. Esto ahorra tiempo, mitiga riesgos y minimiza errores humanos.
Una de las misiones principales de QMS Calidad es la consultoría de implantación de normas de calidad, para ayudar a su empresa u organización a obtener la certificación de su Sistema de Gestión de la Calidad.
En resumen, los sistemas de gestión de calidad son esenciales para el éxito sostenible de cualquier empresa en la economía global altamente competitiva de hoy en día. Proporcionan la base necesaria para satisfacer sistemáticamente las expectativas de los consumidores y suministrar productos y servicios de calidad con el mínimo desperdicio posible.
«Siempre hay que buscar la mejora continua y la excelencia»